CT preguntó a los líderes cristianos que conocían a René Padilla, quien falleció a los 88 años [ver obituario en español], sobre su legado entre la comunidad evangélica latinoamericana, cómo cambió el mundo evangélico occidental y cómo influyó positivamente en sus vidas.

Valdir Steuernagel, pastor y teólogo brasileño:

Padilla era una persona de iglesia. La iglesia no era algo acerca de lo que él hablaba, sino algo a lo que él pertenecía. Su vida y su teología no pueden entenderse fuera de un marco eclesiológico. Como viajero continuo y ministro en general, Padilla conocía a la iglesia bastante bien, especialmente en América Latina. Muchos líderes evangélicos del continente optaron por los caminos de la teología de la prosperidad, el crecimiento cuantitativo de la iglesia, y adoptaron un enfoque político populista de derecha. Padilla fue crítico de los modelos que estaban más preocupados por el crecimiento numérico que por las consecuencias éticas del evangelio, y de las iglesias que estaban más preocupadas por tener un impacto en la sociedad que por transformarla en una sociedad más justa, horizontal y transparente. Padilla siempre se comprometió con una iglesia que quería ser señal del reino de Dios.

La empresa misionera norteamericana había llegado a América Latina con un fuerte tono crítico hacia la “teología liberal” y al llamado “evangelio social”. Padilla no pudo aceptar un evangelio que no fuera capaz de dar respuesta a los profundos problemas de pobreza e injusticia en este continente. De alguna manera, Padilla era un “evangélico extraño”, tanto en América Latina como en América del Norte. Un extraño que construyó puentes con otros “extraños” sin negarse a sentarse a la mesa con otros, tal como puede verse en su profunda y crítica participación en el movimiento de Lausana.

Lo más importante que tengo que decir sobre él es que siempre fue el mismo: un dedicado siervo del Señor. Una persona sencilla con una experiencia profunda que siempre —y a veces obstinadamente— enfatizó en un discipulado consistente y profético.

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Harold Segura, director de fe y desarrollo de World Vision para América Latina y el Caribe:

El Dr. Padilla ha tenido un impacto significativo en las últimas generaciones de teólogos latinoamericanos evangélicos, sobre todo por su acertada propuesta misiológica denominada Misión Integral. Él nos invitó a pensar en el Evangelio como un proyecto que no solo atendía las necesidades del alma humana, sino también sus necesidades sociales, y estas situadas en un contexto político y cultural determinado.

Su pensamiento y compromisos ministeriales han estado vinculados con la Fraternidad Teológica Latinoamericana, de la cual es uno de sus insignes fundadores, y con la Comunidad Internacional de Estudiantes Evangélicos. Pero, más allá de estas organizaciones, su pensamiento bíblico ha traspasado fronteras y ha entablado diálogos con teologías evangélicas de otros continentes. La propuesta de la Misión Integral ha sido acompañada por un modelo de interpretación bíblico contextual y por una acción pastoral comprometida con las personas que viven en situaciones de mayor vulnerabilidad.

Christopher J. H. Wright, embajador global y director del ministerio Langham Partnership:

René Padilla estuvo apasionadamente comprometido con la enseñanza y la predicación de la Biblia como la base indispensable para una misión cristiana auténtica e integral que combinaba hechos y palabras: evangelización y compromiso social. Jugó un papel clave en el nacimiento de uno de los tres programas principales de Langham Partnership, a saber, Langham Preaching. Padilla y John Stott habían sido viejos amigos durante décadas, incluso antes de su participación en el Congreso de Lausana de 1974. En 2001, invitó a Stott a dirigir un seminario de predicación en su Centro Kairós en Buenos Aires. Yo acababa de asumir el liderazgo de los ministerios de Langham por invitación de Stott ese mismo año, así que me invitó a acompañarlo en octubre en un viaje que nos vio liderando juntos seminarios de predicación de una semana para pastores y predicadores laicos en Perú y Argentina.

Esos dos primeros seminarios de capacitación en América Latina, inspirados por René Padilla, combinados con enseñanza, práctica, modelado y evaluación, dieron origen a un programa que ha iniciado movimientos nacionales de capacitación para la predicación en más de 80 países. Y en América Latina, el liderazgo indígena de Langham Preaching en todo el continente está en manos de hombres y mujeres, algunos de los cuales fueron asesorados como estudiantes y líderes estudiantiles por el propio René Padilla. Esto es una parte de su enorme legado.

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Melba Maggay, presidente de Micah Global:

El Dr. René ha sido un mentor y una especie de Bernabé para aquellos de nosotros que buscábamos puntos de referencia teológicos para los problemas que enfrentábamos en nuestros diversos contextos en el Mundo Mayoritario. Luchó por la inserción de la preocupación social en la declaración de Lausana redactada por John Stott a mediados de los setentas. Desde entonces, mi generación de académicos y activistas se han inspirado mucho en sus ideas y su generosa forma de animar a otros.

El hombre tenía una combinación única de erudición y calidez pastoral. Trabajamos juntos en el borrador de la declaración de la Red Miqueas y me impresionaron tanto su compromiso sin concesiones, como su insistencia en la justicia social y la rectitud personal. Cuando estuvimos juntos en Ghana, le pregunté cómo se encontraba, pues su amada esposa había fallecido unos meses antes. Las lágrimas brotaban de sus ojos mientras hablaba. Me conmovió profundamente tener frente a mí a un hombre que había luchado con valentía en muchas batallas, pero guardaba en su interior mucha ternura y una gran tristeza por la pérdida de su esposa, algo bastante raro en estos días de infidelidad incluso entre los líderes de la iglesia. Es seguro que lo extrañaré.

Tom Lin, presidente de InterVarsity Christian Fellowship y miembro del comité del Movimiento de Lausana:

El legado de René se extiende realmente desde teólogos e instituciones individuales hasta la iglesia global. Todo evangélico que ve la evangelización y el compromiso social como llamamientos complementarios tiene una gran deuda con René. En el Congreso de Lausana de 1974, ayudó a la iglesia occidental a recuperar una visión bíblica para la misión integral, que ha dado forma a las misiones globales y a la participación de la comunidad de la iglesia desde entonces. La santidad y el amor de Dios conducen de manera natural a un evangelismo sólido y a la justicia bíblica, porque Dios desea que su justicia se refleje en los individuos y las sociedades.

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La misión integral surgió, en parte, del profundo compromiso de René con los estudiantes latinoamericanos a través de la Comunidad Internacional de Estudiantes Evangélicos y de su papel fundador en la Fraternidad Teológica Latinoamericana. Nutrió el estudio y la producción escrita de pastores y teólogos latinoamericanos como editor de Ediciones Certeza de la Comunidad Internacional de Estudiantes Evangélicos. Casi 50 años antes de que surgiera el interés actual en la reflexión teológica global, René demostró por qué necesitamos las voces de toda la iglesia para alcanzar y servir al mundo entero.

Vinay Samuel, teólogo, director fundador del Centro de Estudios Misioneros de Oxford:

Un punto ciego importante del mundo evangélico en la década de 1960 era su incapacidad para ver que el mensaje del evangelio del reino de Dios incluía los propósitos de Dios para el mundo habitado por la vida que Él creó. René abordó este punto ciego con una sólida enseñanza bíblica y restauró una comprensión de la misión cristiana que apuntaba a toda la vida, afirmando el lema “todo el evangelio para todo el mundo por parte de toda la iglesia”.

El legado de René para el cristianismo latinoamericano fue construir su comprensión de la evangelización y la misión sobre la base de una teología bíblica. Sus escritos y su compromiso con la misión contribuyeron significativamente al desarrollo de la comprensión de la misión como cambio social entre los evangélicos de América del Norte. El compromiso de René de desarrollar el liderazgo evangélico en el mundo no occidental fue un gran estímulo para mí cuando establecí el Centro de Estudios Misioneros de Oxford.

Miroslav Volf, fundador y director del Centro de Fe y Cultura de Yale:

René Padilla fue uno de los héroes de la historia de la iglesia moderna. Ha sido una bendición para las naciones: para la iglesia global y para todo el mundo en general. Supe de Padilla por primera vez gracias a mi cuñado y primer maestro de teología, Peter Kuzmic. Había sido testigo del papel clave que desempeñó Padilla, junto a su amigo Samuel Escobar, durante el Congreso de Lausana (1974). Ambos ayudaron a asegurarse de que la evangelización no quedara reducida solo a la proclamación. Dio a conocer el término “misión integral” a nivel mundial en los círculos evangélicos. La frase captura acertadamente la profunda conexión que tienen las “buenas nuevas” con el “reino de Dios” que abarca todas las dimensiones de la vida. La idea de “misión integral” ha sido importante para mí en mi propio desarrollo teológico temprano, como lo fue para muchas generaciones de jóvenes teólogos.

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Padilla se desempeñó como presidente de la organización International Fellowship for Mission as Transformation. Cuando se reunieron en Osijek en 1991, tuve la oportunidad de trabajar con él en la redacción del documento “Libertad y justicia en las relaciones Iglesia-Estado”, un tema de especial relevancia para Europa Central y Oriental tras la desaparición del comunismo. Trabajando con él, pude presenciar de primera mano los atributos que lo marcaron como líder de la iglesia y teólogo: su perspicacia teológica, su compromiso con el evangelio y su sensibilidad a los contextos locales.

Traducción por Iván Balarezo

Edición en español por Livia Giselle Seidel

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