Este artículo fue publicado en inglés el 29 de septiembre de 2020.

Ravi Zacharias International Ministries (RZIM) ha abierto una investigación por las acusaciones de que su fallecido fundador y homólogo acosó sexualmente a múltiples masajistas que trabajaban en dos centros de spa de los que él era copropietario.

Tres mujeres que trabajaban en el negocio, ubicado en un centro comercial en la zona residencial de Atlanta, contaron a Christianity Today que Ravi Zacharias las tocó inapropiadamente, que se exhibió y se masturbó durante tratamientos regulares durante un periodo de cinco años. Su socio empresarial dijo que se arrepiente de no haber detenido a Zacharias y ha enviado un mensaje de disculpa a una de las víctimas este mes.

RZIM niega las acusaciones, alegando en una declaración a CT que los cargos de mala conducta sexual “no coinciden de ningún modo con el hombre que hemos conocido durante décadas”. La organización ha contratado a un bufete de abogados “con experiencia en la investigación de estos asuntos” para indagar acerca de las acusaciones, que se remontan al menos a hace diez años. RZIM declinó responder más preguntas acerca de la investigación.

Durante su carrera ministerial, el renombrado apologeta —que murió [el contenido de los hipervínculos de este artículo están en inglés] en mayo a la edad de 74 años por cáncer de sacro— mencionó con frecuencia su dolor crónico de espalda causado por una lesión que sufrió en la columna en 1985. Dijo que manejaba el dolor con masajes y fisioterapia.

Las mujeres que trabajaban en los spas dijeron que cuando Zacharias no estaba viajando con RZIM acudía a recibir tratamiento dos o tres veces por semana. Los spas se encontraban a quince minutos de distancia de la sede central del ministerio en Alpharetta.

Las tres mujeres conocían a Zacharias como propietario y como cliente, así como líder cristiano y famoso escritor. Algunos de sus libros se vendían en la tienda, y los empleados los habían leído para poder hablar con él cuando venía.

Zacharias era amable y se interesaba por sus vidas, según la gente que trabajaba allí. Pero, con el tiempo, en las pequeñas salas de tratamientos privados, Zacharias les empezó a realizar proposiciones sexuales, contaron independientemente las tres mujeres. Al principio trataron de ignorarlo, puesto que sentían demasiada vergüenza como para denunciar al famoso ministro cristiano. Según sus relatos, su conducta inapropiada fue cada vez peor.

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“Se exhibía en cada ocasión, y se tocaba en cada ocasión”, le contó una de las mujeres a CT. “Era donde iba para conseguir lo que quería sexualmente”.

Zacharias se masturbó delante de una de las mujeres más de cincuenta veces, según su relato. Él le dijo que estaba agobiado por las demandas del ministerio, y que necesitaba su “terapia”. También le pidió que tuviera sexo con él dos veces y le pidió fotos explícitas.

CT ha verificado las identidades y el historial laboral de las tres mujeres. Ellas compartieron sus historias bajo la condición de que no se las nombrara, temiendo el estigma de salir a la luz como víctimas y el posible castigo por dañar la reputación de un famoso líder cristiano. Ellas hablaron con CT por teléfono en múltiples ocasiones durante los últimos cinco meses, y CT entrevistó también a tres de sus compañeros de trabajo en los spas, quienes corroboraron los hechos de sus relatos.

Estas denuncias llegan tres meses después de la muerte de Zacharias y tres años después de que se resolviera el caso contra Lori Anne Thompson por acusaciones de mensajes sexualmente explícitos.

Thompson no tiene permiso para hablar de lo ocurrido por un acuerdo de confidencialidad, pero antes de ello detalló cómo el apologeta le requirió fotografías de ella desnuda, que la alagó y le sugirió que él se merecía el alivio sexual por el gran “costo” de su ministerio. En una declaración de 2017, Zacharias confirmó sus comunicaciones y las fotografías, pero dijo que él no las había solicitado.

Las mujeres que trabajaban en los spas dijeron que no habían hablado en público previamente porque no quieren dinero, ni publicidad, ni siquiera una disculpa por lo que ocurrió. Pero que, después de la muerte de Zacharias, querían que otras víctimas que hubiera por ahí —como Thompson— supieran que no estaban solas.

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En los spas

Zacharias entró en el negocio de los spas en 2004, abriendo Touch of Eden en un centro comercial de Johns Creek, una zona residencial poblada y de rápido crecimiento al noroeste de Atlanta. Los registros económicos obtenidos por CT indican que Zacharias invirtió al menos 50 mil dólares, y estaba registrado como vicepresidente y propietario de un tercio de la compañía.

Cuando Touch of Eden cerró en 2008, Zacharias y su socio empresarial Anurag Sharma abrieron un segundo spa en la misma ubicación. Se llamó Jivan Wellness, nombrado así por la palabra hindú para “vida”. Jivan permaneció abierto hasta 2015. En aquel momento, los registros de impuestos muestran que Zacharias ganaba una compensación total de unos 365,000 dólares al año de parte de RZIM.

Zacharias no mantuvo en secreto su participación en los negocios de spa. RZIM confirmó la propiedad de las empresas por parte de su expresidente en respuesta a CT. También tenía tarjetas de negocios que le nombraban propietario de Touch of Eden y apareció en la inauguración de Jivan Wellness. La página web del segundo centro de spa indicaba que el brazo humanitario de RZIM —Wellspring International— era uno de los beneficiarios del negocio.

Jivan Wellness grand opening in 2009.

Jivan Wellness grand opening in 2009.

En ocasiones llegaron a trabajar en los spas entre seis y diez personas. Casi todas, mujeres solteras que trataban de forjarse una carrera como masajistas licenciadas, esteticistas, manicuristas y propietarias de pequeños negocios. Los empleados dijeron que Zacharias, que iba regularmente para recibir masajes, así como por tratamientos para su piel, hacía sentir especial a la gente cuando les hablaba y valoraba sus vidas intelectuales y espirituales.

Les preguntaba a las mujeres por sus aspiraciones profesionales y las invitaba a hablar sobre su trasfondo personal: incluyendo sus antiguas relaciones, traumas y abusos. Las tres mujeres que hablaron con CT indicaron cada una que Zacharias se ganó su confianza y entonces fue cuando comenzó el acoso sexual.

“Tocaba mi pierna, que estaba al alcance de su mano, pero entonces la subía hasta mis muslos y después a mis partes privadas”, dijo una mujer.

Otra recordaba a Zacharias tocándole la parte baja de la espalda. Parecía amistoso, casi reconfortante. Entonces bajó la mano y la metió en sus pantalones. En muchas otras ocasiones subió la mano por su costado y le tocó el pecho.

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Las mujeres dijeron que ellas simplemente se apartaban y pretendían que no había pasado nada. A todas les preocupaba haber hecho algo mal: quizá había sido un malentendido o quizá habían hecho algo que provocara que el famoso líder cristiano “cayera en pecado”. Esperaban que con su lenguaje corporal se entendiera que los acercamientos sexuales no eran bienvenidos.

“Me sentía avergonzada. Me sentía humillada”, dijo una de ellas. “Tenía a este evangelista reconocido mundialmente comportándose inapropiadamente, y no tenía ni idea de lo que hacer. No solo era el jefe de la compañía. No solo era un CEO. Era un líder cristiano”.

Cuando las mujeres guardaron silencio, el acoso sexual aumentó. Las tres por separado alegan que Zacharias comenzó a quitarse la sábana durante los tratamientos y a exhibirse. Una mujer dijo que Zacharias le mostró su erección al menos 15 veces en pocos meses.

“En la escuela nos enseñan a tapar apropiadamente”, dijo ella. “Existe un modo de colocar la sábana para que puedas llegar a ciertas áreas como la parte baja de la espalda. Envuelves la sábana casi como si fuera el pañal de un bebé. Nadie se despoja de ella fácilmente. Hacía que pareciera un accidente, pero era a propósito”.

Una mujer dijo que Zacharias estaba en total silencio cuando se exhibía. Otra dijo que hacía “ruidos inapropiados”.

La tercera mujer dijo que después de que Zacharias se exhibiera varias veces, él le pidió que le masajeara la zona de la ingle y que pusiera la mano allí. Era posible que su lesión de espalda le provocara dolores en aquella zona, dijo ella, así que accedió a su petición, aunque la hizo sentir incómoda.

Llegados a este punto, habían hablado durante horas en las salas privadas de masaje, dijo la mujer. Él le había preguntado por su vida, y ella le había contado todo acerca de sus aspiraciones profesionales, sus problemas como madre soltera, su relación de la infancia con Jesús y cómo había sido abusada sexualmente.

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La mujer sentía que Zacharias la estaba ministrando y que “había santidad a su alrededor”. Ella pensó que, a cambio, lo estaba ayudando y se sintió obligada a seguir adelante hasta cierto punto.

Entonces Zacharias intentó moverle la mano hacia su pene, contó la mujer a CT. Ella se negó y se dio la vuelta mientras él se masturbaba. La siguiente vez que le dio un masaje, él se exhibió de nuevo y se volvió a masturbar. Según su relato, esto ocurrió más de 50 veces en los siguientes tres años.

“Él decía: ‘Lo necesito. Lo necesito. Lo necesito’”, relató la mujer. “Decía que lo necesitaba mucho y que era una buena terapia”.

Zacharias le pidió tener sexo con él. En ambas ocasiones, ella se negó porque él estaba casado. Él le dijo que soñaba con ser capaz de dejar su ministerio y su vida como apologeta para poder llevar una vida normal y privada. Pero que no podía porque aquello era su “carga”, relató la mujer.

Permanecer en silencio

Las tres mujeres que hablaron con CT dijeron que no le contaron a nadie en su momento la conducta de Zacharias, que sucedió entre 2005-2010. Ni siquiera hablaron del asunto entre ellas. Una mujer recuerda compartir “una mirada” con una compañera de trabajo. Otra recordaba alguna insinuación de que Zacharias usaba el spa para masturbarse. Una tercera se preguntaba si otra mujer había sido acosada cuando renunció repentinamente y su padre vino para llevarse sus objetos personales del spa.

Pero las mujeres no hablaron. Tenían miedo de que no les creyeran, o de ser culpadas y perder sus empleos.

Si hubieran querido denunciar a Zacharias, habrían tenido dos opciones. Podrían haber ido al ministerio que lleva su nombre, donde tanto la esposa de Zacharias, Margie, como una de sus hijas están en la junta directiva. O podrían haber ido a la Christian and Missionary Alliance [Alianza cristiana y misionera] (CMA).

Zacharias mantenía una licencia en la denominación, que dice que disciplina a los empleados cristianos por “fracaso moral que implique mala conducta sexual”. La CMA sostiene que estas personas están descalificadas para el liderazgo si su conducta causa “un daño inminente a los demás o al testimonio de Cristo”.

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El proceso disciplinario solo puede comenzar cuando se realiza una acusación ante una autoridad eclesial en persona o por correo certificado, sin embargo. Las mujeres no sabían quién tenía autoridad sobre Zacharias… si es que la tenía alguien.

Cada una de ellas permaneció en los spas hasta que ya no pudieron soportarlo más. Permanecieron en silencio hasta mucho tiempo después.

“Lo cerré y me lo guardé”, dijo una de las mujeres. “Pero el pasado nunca se queda atrás, y el tiempo no cura todas las heridas. Cuando pasas por algo traumático, afecta a tu mente, afecta a tu cuerpo, afecta a tus relaciones, afecta a tu espíritu”.

Los estudios psicológicos sobre víctimas de abusos sexuales hablan de que el 95 por ciento muestran síntomas de estrés postraumático, incluyendo sentimientos agobiantes de ira, traición y aislamiento. Depresión, ansiedad y conductas autodestructivas son comunes. Cuando el daño ha sido hecho por un ministro cristiano de confianza, los psicólogos dicen que las víctimas a menudo suelen sufrir una vergüenza adicional, sentimientos de culpa personal y extensos periodos de confusión espiritual.

Una de las mujeres dijo que dejó de creer en Dios durante un tiempo después de su encuentro con Zacharias, pero que regresó a la fe después de una consejería exhaustiva. Otra dijo que no había ido a la iglesia desde entonces y que no podía confiar en las instituciones religiosas. Le llevó siete años de terapia llegar a la conclusión de lo que Zacharias le hizo no había sido su culpa, dijo.

La tercera se marchó de Atlanta, se cambió de nombre, de carrera, y nunca mencionó lo que ocurrió —ni siquiera a la familia más cercana— hasta que fue contactada por CT.

“Dejé todo esto atrás”, dijo. “No quiero dinero y no quiero que sepan siquiera quién soy. La única razón por la que hablo es que por las otras mujeres que pueda haber ahí fuera heridas por él”.

Una de las mujeres dijo que ni siquiera pensó en dar un paso al frente hasta que salió en las noticias en 2017 que Zacharias supuestamente había solicitado fotografías explícitas a una mujer de Canadá. Supo inmediatamente que Thompson estaba diciendo la verdad, contó, recordando cómo después de que Zacharias se hubiera masturbado delante de ella le pidió fotografías explícitas para cuando estuviera viajando.

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Al igual que con la masajista, Thompson también fue víctima de abuso sexual en la infancia y, con el tiempo, había compartido su historia con el famoso apologeta. Se comunicaron por correo electrónico y por celular después de encontrarse en dos eventos en Canadá en 2014 y 2015, según un relato que Thompson escribió y compartió con múltiples personas en diciembre de 2016, antes del acuerdo de confidencialidad. CT ha obtenido el relato escrito de un tercero.

Thompson escribió que cada vez fue sintiendo más cariño y amor hacia Zacharias como figura paterna, honrada por la atención de su comunicación regular. Entonces Zacharias comenzó a pedirle fotografías, vestida y después desnuda, y finalmente le pidió que tuvieran sexo telefónico, dijo ella.

Al querer mantener su relación y cuidarlo —especialmente después de que él se quejara de sentirse “profundamente solo” mientras sacrificaba tanto al viajar por la obra del ministerio— Thompson accedió.

Zacharias viajó por 70 países, según RZIM, hablando a millones acerca de los fundamentos filosóficos y el marco del evangelio. La organización que lleva su nombre se acabó convirtiendo en una empresa global con 17 entidades legales separadas y más 250 empleados desde Atlanta hasta Singapur, y desde España hasta Perú.

“Él me afirmó muchas veces que el costo del ministerio había sido muy alto, que no disponía de nada de tiempo para él, ni privacidad, ni personalidad propia”, escribió Thompson en 2016. Añadió que Zacharias le aseguró que el Señor comprendía que él se había sacrificado y daba a entender que sus intercambios sexuales eran la manera de Dios de recompensarle.

Thompson se sintió culpable, se culpó a sí misma, terminó con la relación y comenzó a ir a terapia. “Temía haber sido la causa de que él cayera en pecado sexual”, escribió.

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Al año siguiente, Zacharias demandó a Thompson y a su marido. Él le contó a la junta de RZIM que se había escrito en privado con Thompson, pero negaba todo lo demás, asegurando que él no había solicitado los mensajes explícitos ni las fotografías y que todo era parte de una trama de extorsión.

La demanda acabó en una mediación privada y terminó con un acuerdo de confidencialidad. Aunque ambas partes acordaron no difundir nada, RZIM publicó una declaración de 800 palabras de Zacharias explicando su parte de la historia. Entonces, Zacharias se negó a contestar más preguntas, recurriendo al acuerdo.

Thompson ha pedido repetidamente ser liberada de los términos del acuerdo. Los abogados de las víctimas dicen que temen que las organizaciones cristianas en algunos casos han utilizado los acuerdos de confidencialidad como herramientas para esconder la verdad. Rachael Denhollander, sobreviviente de abusos y abogada defensora de las víctimas, ha dicho que Thompson debería ser liberada del acuerdo.

“Los titulares de la herencia yacente de Ravi deben liberar a Lori del acuerdo de confidencialidad que le forzaron a firmar”, tuiteó Denhollander a principios de mes. “Sobrevivientes: su abogado NUNCA debería permitir este tipo de acuerdo. NUNCA. Líderes: si SU abogado quiere que la persona abusada o un testigo firme un acuerdo, no estarán ayudando a hacer las cosas bien. Debería darles vergüenza a todos”.

Según una declaración de la junta directiva de RZIM la semana pasada, la familia Zacharias “no cree que sea conveniente” liberar a Thompson del acuerdo de confidencialidad.

En su declaración de 2017, Zacharias habló de la importancia de que los líderes se protegieran de “incluso la apariencia de indecoro” y dijo: “Durante mucho tiempo he mantenido mi práctica de no estar a solas con ninguna otra mujer que no sea Margie o nuestras hijas; ni en un coche, ni en un restaurante, ni en ningún otro sitio”.

Las mujeres de los spas de Johns Creek donde Zacharias era copropietario le contaron a CT que ese no fue el caso cuando trabajaron para el apologeta. Él recibió masajes, cuidados de la piel y faciales en sesiones privadas múltiples veces por semana. Los tratamientos se hacían en pequeñas salas donde Zacharias estaba a solas con mujeres.

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“Triste por todos sus demonios”

El socio empresarial de Zacharias, Anurag Sharma, no respondió a las repetidas llamadas, mensajes de texto y correos electrónicos de CT durante el curso de un mes. Sin embargo, Sharma habló recientemente con tres personas acerca de los spas que solía poseer con Zacharias. Todos ellos han relatado sus conversaciones con CT y han compartido documentación, incluyendo capturas de pantalla y grabaciones.

La gente que habló con Sharma dijo que él reconocía que había ocurrido algo malo en Touch of Eden y en Jivan Wellness. Se arrepentía de no haber intervenido, pero no entró en detalles. Él atribuye sus reservas al carisma de Zacharias.

“Me siento mal por haberle seguido ciegamente”, escribió Sharma en un mensaje de texto. “No era más que otro ser humano”.

Sharma, técnico informático de profesión, conoció a Zacharias a mediados de la década de 1990. En una conversación, grabada por una persona no asociada con los spas, Sharma se describe a sí mismo como un amigo cercano de Zacharias. Incluso después de que terminara su relación empresarial, continuaron hablando hasta el día en que Zacharias murió, dijo.

“Él no tenía amigos, y necesitaba alguien con quien hablar”, dijo Sharma. “Estaba muy triste por todos sus demonios, y dijo que esa era la condición del corazón humano”.

Según Sharma, los dos hombres hablaron acerca de cristianos de perfil alto que habían caído en desgracia, y Sharma utilizó aquellas conversaciones para sondear con preguntas. En una grabación, Sharma recuerda haberle preguntado a Zacharias por qué famosos ministros del evangelio parecían tener más problemas morales que los cristianos corrientes. Zacharias le dijo que todo el mundo peca.

“Realmente nunca llegué a dudar de él, y no sé por qué, porque sentía que eso no estaba bien”, dijo Sharma. “Debí entender que lo de ‘todos han pecado’ significa lo mismo para todos, en vez de poner a las personas en un pedestal”.

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RZIM declinó comentar acerca de la relación de Zacharias con Sharma o la relación del ministerio con los negocios con fines comerciales.

La apologeta Ruth Malhotra dijo que la investigación acerca de las acusaciones de los spas se llevará a cabo por un bufete de abogados de tamaño medio del sureste de Estados Unidos, y que el ministerio no responderá más preguntas hasta que la investigación se haya presentado a la junta.

“En RZIM seguimos comprometidos con la verdad”, dijo Malhotra. “Es el fundamento de lo que hacemos, y eso no ha cambiado”.

La misión primordial de RZIM es alcanzar a aquellos que dan forma a la cultura con el mensaje de “la credibilidad del evangelio de Cristo Jesús” y el ministerio ha continuado —a pesar de los confinamientos por la COVID-19 y la pérdida de su famoso homólogo— para defender el mensaje cristiano.

La organización tiene cien eventos planeados para el mes de octubre, desde conferencias online por Zoom hasta discursos en universidades asiáticas, pasando por seminarios en iglesias bautistas del Medio Oeste estadounidense. Tiene una lista de más de cincuenta hombres y una docena de mujeres que continuarán la obra y el ministerio de Zacharias.

Cuando Zacharias falleció en mayo, fue homenajeado extensamente por los evangélicos.

Dos de las mujeres que dicen que él las acosó sexualmente en los spas están de acuerdo en que Zacharias fue un gran hombre que sirvió y se sacrificó por el bien del evangelio. Incluso comentaron con CT que es posible que el bien que hizo promocionando la causa de Cristo sea mayor que el dolor y el trauma que él les causó a ellas.

Pero insisten en que eso no significa que la conducta sexual inapropiada no ocurriera. “Incluso con alguien tan devoto como Ravi”, dijo una de ellas, “aun así puedes estar combatiendo con el Diablo”.

Con reportajes de Kate Shellnutt.

Traducido por Noa Alarcón

Edición en español por Livia Giselle Seidel

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