¿Cuáles son los argumentos más fuertes para que un cristiano vote por Donald Trump?

Primero, déjeme decir que contestaré a sus preguntas como persona privada y no como representante de la organización que dirijo.

Yo no voto por candidatos o por partidos políticos. Yo apoyo a los que dirigirán al país correcta, honorable y prudentemente. En muchos sentidos, esta es una elección monotemática porque afectará cada dimensión de la vida norteamericana: la composición de la Corte Suprema. La muerte repentina de Antonin Scalia (juez de la Corte Suprema) hizo que esta elección sea la más significativa de nuestra vida. El próximo presidente nominará tal vez tres o más magistrados cuya filosofía judicial formará a nuestro país por las próximas generaciones.

Los magistrados que no son elegidos, no tienen que rendir cuentas a nadie, y son imperialistas tienen una historia de imponer decisiones horrendas a la nación. Una decisión que aún nos afecta es Roe v. Wade, impuesta a Norteamérica en 1973. Dividió a la nación y ha conducido al asesinato de 54 millones de bebés inocentes. Esta matanza sucede a diario.

Eso nos lleva a preguntar cómo será el poder judicial en la administración de Trump. Asistí a un evento en junio del 2016 titulado, “Conversando con Donald Trump” en Nueva York, con más de 1,000 líderes religiosos en asistencia. Antes de la reunión, 30 de nosotros nos reunimos en sesión privada en Trump Tower. La mayoría éramos evangélicos o católicos conservadores. Yo le pregunté al candidato con respecto a sus preocupaciones sobre la libertad religiosa.

Me gustó que él nos prometiera enfáticamente que trabajaría para proteger nuestras libertades religiosas. Desde entonces ha hecho pública una lista de posibles candidatos para la Corte Suprema que es estelar. Debemos orar para que, si electo, cumpla su palabra.

La selección de Trump del Gobernador Mike Pence como su compañero de fórmula fue una decisión sumamente alentadora. He sido amigo personal del Gobernador Pence por más de 30 años. Él es pro vida, pro matrimonio tradicional, hombre de familia piadoso, conservador sólido, y líder competente. No existe otro político a quien yo respete más.

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Muchos partidarios de Trump creen que Clinton sería un desastre para la nación. ¿Por qué?

Mi mayor preocupación sobre Clinton tiene que ver una vez más con la Corte Suprema. Clinton ha dicho que buscará revocar la libertad religiosa y traer el poder del gobierno contra la gente de fe. Ha dicho claramente en muchas ocasiones, incluyendo un comentario que hizo durante la Cumbre Mujeres en el Mundo 2015.

Las leyes sobre “la salud reproductiva” y el parto sin riesgos “tienen que ser respaldados con recursos y voluntad política,” dijo Clinton. “Y las normas culturales arraigadas, las creencias religiosas, y los prejuicios estructurales tienen que ser cambiados.”

“La salud reproductiva” es un eufemismo de aborto, por lo tanto esa amenaza debería enviar escalofrío en las espaldas de todo verdadero creyente en Jesucristo. Eso descaradamente contradice las garantías de la Constitución de los Estados Unidos. No nos atrevamos a dar máximo poder a alguien que no respeta o se sienta limitado por este documento histórico. Es el fundamento para todas las libertades que nos otorgaron los padres fundadores.

Estoy convencido que con el presidente equivocado, pronto veremos un ataque masivo contra la libertad religiosa. Ciertos grupos y organizaciones poderosas buscan debilitar la iglesia de Cristo Jesús y limitar lo que los pastores y ministros puedan decir y hacer públicamente. Creen que algunas de nuestras enseñanzas representan “lenguaje discriminatorio” y debe ser reprimido. Buscan restringir severamente las libertades de los planteles cristianos, organizaciones no lucrativas, y empresas, hospitales, entidades benéficas, y seminarios. Con las universidades cristianas, quieren limitar a quienes los líderes pueden escojer como catedráticos y lo que se les enseñará a los estudiantes. Los fondos públicos y la acreditación estarán en la mira, y usted puede estar seguro que las casas escuelas serán acosadas.

Nosotros en Family Talk hemos experimentado en carne propia su tiranía. El Departamento de Salud y Servicios Humanos ha tratado de forzarnos a proveer contraceptivos [a través de cubrirlos en nuestros planes de seguro médico], al igual que las pastillas anticonceptivas de emergencia y otros medicamentos que son conocidos que impiden que los embriones se implanten en el útero de mujeres embarazadas. Es un asesino de bebés. El gobierno federal nos ha forzado a demandar para encontrar alivio. Ahora estamos en una demanda judicial federal que puede ser decidida por la Corte Suprema. Si perdemos nuestro caso y nos negamos a cumplir, enfrentaremos ruinosas multas y nos forzarán a cerrar nuestras puertas. Todo depende de cinco abogados que conforman la corte.

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Hay muchas preocupaciones sobre la candidatura de Clinton. Ella ha propuesto pagar por los abortos en otros países alrededor del mundo, incluyendo generoso fondos públicos para Planned Parenthood; y se ha comprometida a las demandas más radicales de la agenda LGBTQ, para mencionar una o dos.

Muchos cristianos están profundamente preocupados por la retórica de Trump, especialmente por sus comentarios sobre los hispanos, mujeres, y musulmanes en particular; ellos caracterizan sus comentarios como intolerantes.

Claramente, Trump habla en hipérbole. Su retórica ha sido inexcusable, y yo no lo defiendo. Espero que la crítica que ha recibido del público tenga influencia en su oratoria. Creo que ya la ha tenido.

Sirvo en un comité de fe de 22 líderes, que están trabajando para ayudar a Trump a hacer las decisiones correctas. Yo sé que Franklin Graham, Jerry Falwell Jr., Robert Jeffress, James Robinson y muchos otros líderes respetados tienen acceso directo a él. Si Trump resulta ser un demagogo incorregible, esperemos que esté controlado por el proceso político. Existe un equilibrio de poderes en nuestro sistema de gobierno.

Por lo tanto usted no piensa que eso sea razón para no apoyar a Trump.

No creo ni por un segundo que Hillary Clinton no esté usando retórica incendiaria detrás del telón sobre mucha gente, especialmente de los conservadores. La política es lo que importa.

La semana pasada, tuve cita con un oftalmólogo para un examen rutinario de la vista. La asistente técnica colocó un dispositivo de metal frente a mi cara. Miré a través de dos agujeros y vi una línea corta de letras. Luego ella me preguntó, “¿Está bien así?” Luego después de cambiar el lente, preguntó, “¿Es esto mejor?” Me dieron sólo dos opciones: número uno o número dos. Aquí es donde estamos como nación en esta elección. ¿Es uno o es dos? No existe una tercera opción viable.

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Hay características obvias sobre Mr. Trump que yo desearía poder cambiar. Sin embargo, creo que él es el mejor candidato disponible, punto y aparte.

Muchos evangélicos están preocupados por el estilo de vida de Trump, como su orgullo de dormir con muchas mujeres, y sus inversiones en juegos de azar, para mencionar dos. ¿Le preocupa a usted esta conducta?

Por supuesto que me preocupa. En el mundo ideal, yo quisiera a un hombre o mujer piadoso para presidente, más parece que no hay tal persona en la balota. Y algunas de esas caracterizaciones parecen reflejar el pasado de Trump. Como cristiano, amo cuando las personas cambian, y yo espero en Dios que él haya cambiado. La evangelista Paula White dice que ella lo llevó a Cristo. No sé cuál sea su compromiso con Cristo—eso lo decide Dios. Yo no tengo ningunas ilusiones de que él sea un ejemplo moral, pero sí creo que es buen padre.

Como dije en mi declaración de apoyo, “Sin lugar a dudas, mi decisión de recomendar al señor Trump ha sido influenciado por la forma en que sus hijos hablan de él como padre.” Como psicólogo y consejero familiar, he pasado mi vida capacitando familias. He observado que no se puede obligar a un hijo(a) hablar de sus padres de la forma en que los hijos de Trump hablan de él.

Lo que sí sé es que Trump se ha rodeado de muchos líderes cristianos. Aparentemente, ya estaba haciéndolo mucho antes de que decidiera correr para presidente. Él se ha involucrado en el trabajo arduo de desarrollar relaciones con la comunidad de fe y ha prometido conservar nuestros valores con sus prioridades legislativas y judiciales. Es un cliché pero es verdad: estamos eligiendo a un comandante en jefe, no a un teólogo en jefe.

¿Cómo resumiría usted su perspectiva de la candidatura de Trump?

Yo creo que este gran país está colgado de un hilo. Si cometemos otro error trágico después de poner a Barack Obama en el poder por ocho años, jamás nos recuperaremos de ello. Trump pueda que nos decepcione y que nos avergüence cuando esté en el poder. Pero Hillary Clinton, dada su conducta sin ley y lo que ha prometido hacer, sería un desastre. Ella va a edificar en las políticas de Obama de redefinir el matrimonio, incrementar las políticas del aborto, atentar contra las identidades de sexo, imponer impuestos en nuestros recursos y gastarlo, nombrar jueces y magistrados liberales, y la lista continúa. Tiene que haber una persona mejor que nos saque del desierto. ¿Es Donald Trump? Espero en Dios que así sea. Si resulta ser un fracaso, serán nuestros nietos, y las generaciones futuras, los que sufrirán. Si se elije a Clinton, ese sufrimiento empezará mucho antes.

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James Dobson es fundador y presidente de Family Talk. Su libro más reciente es Your Legacy: The Greatest Gift.

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